Los desafíos del COVID-19 ofrecen la posibilidad de una salud reproductiva más eficaz.

November 30, 2020
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En México, donde para mediados de noviembre COVID-19 había causado más de 95.000 muertes, las enfermedades relacionadas al virus se han convertido en las principales causas de muertes maternas.

Esta tendencia aleccionadora revierte una disminución de dos décadas en la tasa de mortalidad materna en México.

Mientras tanto, COVID-19 ha complicado otros elementos de la salud reproductiva en México. Desde el inicio de la pandemia, la falta de información sobre cómo acceder a los servicios de salud ha dificultado la adquisición de anticonceptivos. Según defensoras de los derechos de la mujer, la violencia de género ha aumentado. Esto plantea desafíos adicionales para brindar atención de salud materna y reproductiva eficaz, incluyendo el aborto.

Sin embargo, a pesar de toda la presión que la pandemia ejerce sobre el sistema de salud mexicano, COVID-19 también puede ofrecer una oportunidad para seguir progresando en la salud reproductiva, al poner en primer plano las ventajas del creciente movimiento de partería en México y el potencial de la telemedicina en el cuidado y acompañamiento del aborto.

 

Punto de inflexión clave para la partería


Antes de COVID-19, el país comenzó a trabajar bajo un sistema de salud pública reformado que busca centrarse en el paciente y enfocarse en los derechos de la comunidad.

Los defensores de la partería, personas capacitadas que ayudan a las mujeres con el embarazo, el parto y el posparto, dicen que los servicios que las parteras brindan a muchas mujeres se alinean con los objetivos del nuevo sistema.

“Es un momento clave”, dijo Ilian Blanco, funcionaria de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México. “Actualmente se está realizando un gran esfuerzo de integración en el sistema de salud pública de México para vincular las clínicas de la comunidad local y las que tienen servicios de cirugía formales. La visión de una red comunitaria integrada que se vincule a los hospitales […] funciona perfectamente con nuestros modelos propuestos ”.

María Antonieta Alcalde Castro, de Ipas, una organización que apoya los derechos de las niñas y las mujeres a la anticoncepción y el aborto, agregó que: “COVID nos ha demostrado que cuando tienes recursos limitados y una crisis, contactar a las parteras puede ser un modo muy inteligente y económico de garantizar que alguien va a estar allí cuando necesitas sus servicios".

 

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Foto cortesía de UNFPA México

Parteras profesionales aprovechan este encuentro comunitario en la Costa Chica de Guerrero para dar información general sobre salud sexual y reproductiva. Una partera profesional en Chilpancingo, Guerrero enseña psicoprofilaxis, también conocida como Lamaze, que consiste en técnicas mentales y físicas para aguantar el dolor del parto con ejercicios de respiración y relajamiento.

 

La partería es más eficiente, cuesta menos y, por lo general, ofrece una mejor protección contra los contagios que los partos llevados acabo en hospitales convencionales. La partería también puede distinguir entre los embarazos y partos saludables y los que se encuentran en riesgo por alguna enfermedad. Todos estos son factores importantes, independientemente de si se ha iniciado una pandemia.

“Trabajar con las parteras ayuda no solo a que las mujeres tengan un parto más humanizado; además, ayuda a que tengan acceso a conocimiento sobre los anticonceptivos y otros temas de salud,” dijo Arie Hoekman, el representante del Fondo de Población para Naciones Unidas. “El otro gran beneficio es que el trabajo de las parteras alivia la carga enorme que implican los partos saludables para el sistema de salud.”

Como parte del esfuerzo por incorporar a la partería en los servicios de salud establecidos en México, los activistas están en conversaciones con instancias gubernamentales en la Ciudad de México y a nivel nacional, y llevando parteras a clínicas y hospitales donde COVID-19 ha generado una escasez de médicos y enfermeras.

“Si podemos implementar este modelo ahora mismo, podemos demostrar su efectividad y mostrar cómo esto puede reducir la mortalidad y morbilidad materna y que esto no será una carga adicional para los médicos, sino un alivio”, dijo Castro. "Tenemos la esperanza de que esto pueda convertirse en un modelo que se replique en otras partes de México".

Al mismo tiempo, Ipas está apoyando a la Secretaría de Salud con la implementación de pautas sobre la realización de servicios de aborto durante COVID-19, que incluyan la telemedicina y el aborto con receta llevado acabo fuera de la clínica, pasos importantes para hacer que el procedimiento sea más accesible.

Al igual que la partería, la telemedicina en el cuidado y acompañamiento del aborto, requiere menos recursos de médicos y hospitales, así como menos medicamentos.

 

Los desafíos y la esperanza


El principal esfuerzo para integrar la partería en el sistema de atención de salud de México, al tiempo que se alivian los problemas de salud reproductiva y materna relacionados con la pandemia, se lleva a cabo en un hospital de la Ciudad de México. Allí, la Secretaria de Salud del gobierno federal trabaja con Ipas y grupos como CASA y la Asociación de Parteras Profesionales en la contratación de 28 parteras que llevarían acabo servicios de parto de baja intervención.

"Se reconoce que [las parteras] realmente alivian la carga de trabajo, y hay un grado de satisfacción que no existe sin ellas", dijo Karla Berdichevsky, Directora General del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva en México, sobre el sistema reestructurado.

Sin embargo, persisten los desafíos, principalmente respecto al bajo número de parteras certificadas, dijo Berdichevsky.

Una de las razones de esos bajos números es la cuestión de cómo integrar mejor a las parteras tradicionales, educadas en la comunidad, en el sistema de salud pública. Ya que la mayoría son de origen indígena, poseen experiencia práctica en sus comunidades y habilidades culturales y lingüísticas cruciales.

Otros desafíos adicionales, exacerbados por la pandemia, son las limitaciones del sistema burocrático de salud pública de México, dijo Alina Bishop, partera en el estado de Morelos y defensora de la partería en el sistema de salud pública.

Berdichevsky, quien comenzó a promover la partería desde fuera del gobierno, ahora trabaja en la Secretaria de Salud a nivel federal. Su objetivo es reformar la ley nacional de salud en México para incluir a las parteras profesionales.

“Necesitamos tener más parteras”, dijo Berdichevsky. “Hay mucho por hacer en términos de capacitación, y hay algunos aspectos legales que deben ser atendidos para que las parteras trabajen con el respaldo completo del sistema legal”.

A pesar de los desafíos, el director de Planificación y Evaluación de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, el Dr. Francisco Garrido, ve las posibilidades. Las parteras en el hospital de la Ciudad de México, dijo, serían un paso importante y muy necesario para educar a la población general sobre los beneficios de esta práctica.

“En nuestro caso, fue por la pandemia que tuvimos que hacer ciertos cambios en los hospitales, lo que contribuyó a acelerar este proyecto”, dijo Garrido. “Decidimos que este sería un buen lugar para comenzar a demostrar que este modelo de uso de parteras realmente funciona, que es bueno para las mujeres y que responde a sus necesidades”.


Desde 2015, MacArthur ha invertido más de $17 millones de dólares en 35 organizaciones, desde grupos locales comunitarios hasta agencias multilaterales, para lograr avances en la creciente aceptación pública de la partería, la apertura de nuevos programas de capacitación y la mejora de la prestación de estos servicios.